sábado, 19 de septiembre de 2009

POEMA AL MAESTRO

MAESTRO
Iba yo pensando, que injusta es esta vida,
En que fácil se olvida, a quien nos dio su amor;
De pronto ví a lo lejos, a alguien que conocía,
Iba con paso lerdo mi viejo profesor.
Grité entonces su nombre, corrí a estrechar su mano,
Era el encuentro noble, con un ayer que fue mejor;
Estaba frente al hombre, que es mi amigo, mi hermano,
A quien mucho le debo, lo que tengo y lo que soy.
Había en su rostro huellas, de antiguo sufrimiento,
Sonrisas casi muertas que dejó la ingratitud;
No mata tanto el tiempo, como lo hace el olvido,
La indiferencia nuestra, acabó su juventud.


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